DECRETO 137/2002, de 17 de abril, del Gobierno de Aragón, por la que se otorga la Medalla a los Valores Humanos ex aequo a don Mariano Constante y a don Alfredo Fierro Bardají.

De conformidad con el artículo 3 del Decreto 14/1988, de 9 de febrero, de la Diputación General de Aragón, por el que se regulan los honores y distinciones de la Comunidad Autónoma de Aragón, modificado por los Decretos 197/2000, de 21 de noviembre, y 36/2001, de 13 de febrero, y en atención a los méritos que concurren en don Mariano Constante y don Alfredo Fierro Bardají, según queda acreditado en los expedientes instruidos al efecto, a propuesta del Consejero de Salud, Consumo y Servicios Sociales, y previa deliberación del Gobierno de Aragón en su reunión del día 17 de abril de 2002,

DISPONGO:

Artículo único.-Otorgar la Medalla a los Valores Humanos ex aequo a don Mariano Constante, ejemplo vivo de la lucha del hombre contra la intolerancia y por conseguir un mundo en el que los seres humanos podamos convivir en paz y en él a todos los aragoneses que fueron víctimas de los campos de exterminio nazi y a don Alfredo Fierro Bardají, cuya gran capacidad intelectual siempre ha estado al servicio de la defensa de los valores sociales y la defensa de la dignidad del ser humano.

En el caso de don Mariano Constante, el Gobierno de Aragón al conceder esta Medalla premia toda una vida de esfuerzo, de sacrificio y de sufrimiento. La vida de Mariano Constante ha estado marcada por su lucha por la democracia y contra los fascismos que asolaban España y Europa. Fue condenado a seis penas de muerte en la España franquista, no pudiendo regresar a España hasta el año 1963. Asimismo, sufrió una de las mayores crueldades que ha podido soportar un ser humano a lo largo del siglo XX. Fue prisionero del campo de concentración nazi de Mauthausen durante los años 1941 a 1945. Hoy su testimonio nos recuerda aquel horror para que jamás la humanidad vuelva a caer en la misma barbarie.

El Gobierno de Aragón al conceder esta Medalla a don Alfredo Fierro Bardají, premia a un talento y una mente privilegiada puesta siempre al servicio del bien común. Calificado como «el más crítico de los teólogos españoles», fue un personaje clave en los movimientos sociales de la transición española. Hombre tolerante y dialogante, siempre tendiendo puentes, su compromiso en la defensa de los derechos humanos de los sectores más vulnerables y desprotegidos, le hacen merecedor de esta distinción.

Zaragoza, 17 de abril de 2002.

El Presidente del Gobierno de Aragón, MARCELINO IGLESIAS RICOU

El Consejero de Salud, Consumo

y Servicios Sociales, ALBERTO LARRAZ VILETA